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#CHALCO| HISTORIA| La curiosa historia del reparto de las melgas de la ex hacienda Mayorazgo a todo el pueblo de San Mateo Tezoquipan

11 de marzo de 2022
#CHALCO| HISTORIA| La curiosa historia del reparto de las melgas de la ex hacienda Mayorazgo a todo el pueblo de San Mateo Tezoquipan

Por Arqueólogo Jaime Noyola Rocha

SEGUNDA PARTE

            La autora aporta otras informaciones sobre el mayorazgo que no mencionamos aquí, por no estar relacionados con nuestro tema, sólo tomo la referencia del momento de una de las sucesiones, no exenta de curiosidad y la noticia de la compra del Molino de Miraflores:

El mayorazgo pasó a manos de Juan Francisco Centeno de Vera, quien llegó de Sevilla para tomar posesión de su herencia; contrajo matrimonio con la viuda de su tío y de esta manera el mayorazgo pasó a sus manos; con el dinero recibido, en 1674, compró el Molino de Miraflores en donde se molía trigo para el Colegio de San Ildefonso de la Ciudad de Puebla.[1]      

            Como me informó don Luis mi entrevistado y pude constatarlo en campo, aún existen vestigios del mayorazgo, en los numerosos edificios hechos por la familia Vera Ureña al noroeste del pueblo, El Molinito, un trapiche que pertenecía a la hacienda El Moral y la antigua capilla de San Mateo que, aunque fue restaurada después, es una edificación del siglo XVIII. 

Don Luis Márquez Islas, volviendo a la entrevista hablaba de que su abuelo le platicaba sobre  la fusión de las grandes propiedades del pueblo, pero eso ocurría más tarde durante la segunda mitad del siglo XIX.

Mi abuelito me platicaba que las haciendas de Miraflores (Mayorazgo Vera Ureña), del Moral pertenecían a los mismos dueños de la fábrica.

Los paredones ubicados al este del pueblo eran baños de la época de la hacienda, porque antes bajaba el agua de San Rafael limpia.

            Las haciendas del rumbo eran cerealeras y madereras y las que tenían tierras en loma las utilizaban para sembrar los mecuates y producir pulque en sus tinacales, para ello roturaban la ladera para hacer las plantaciones de magueyes y les llamaban melgas a las zanjas hechas con ese propósito productivo.

Así lo explica don Luis:

Las melgas eran los terrenos ubicados entre zanjas, hechos por los hacendados para sembrar magueyes en los bordos de las zanjas.

            Don Luis hablaba de Miraflores a finales de los años treinta, una época relacionada con la Reforma Agraria y la dotación de tierras, cuando fueron intervenidas y repartidas las haciendas y que habrían creado inicialmente el Ejido de San Mateo, describe cómo todo el pueblo fue fundado sobre tierras de la Hacienda de Miraflores:    

Fíjese que todo el pueblo eran “melgas”, antiguamente todo el pueblo perteneció a un hacendado.

            Fue entonces cuando don Luis me relató la extraordinaria historia acerca de un Comisariado Ejidal llamado don Salomón Ortiales, quien con una buena idea en mente se convirtió en un gran benefactor de sus vecinos al repartirles lotes gratuitos para que edificaran sus hogares. He aquí la historia tal y como me la narró don Luis 

Cuando Salomón Ortiales en 1937 fue el presidente del ejido, tuvo el acierto de repartir entre los vecinos lo que eran las “melgas”, sin pedir ni un centavo, beneficiando a los habitantes de San Mateo.

            Todavía me asombra la visión de largo plazo de personas como don Salomón Ortiales, que parecen tener claro lo que para la mayoría de las personas es incertidumbre, él supo tomar esa importante decisión y acompañarla con medidas para que su idea fuera irreversible.  Instó a los vecinos de que fincaran rápidamente sus casas, ayudando con materialesdeconstrucción.       

Don Salomón, -me explica don Luis- les pidió que fincaran rápido y le indicó a un ayudante que fabricaba adobes que les surtiera adobe a los vecinos para la construcción de sus casas.

            Don Luis decía que ninguna persona o institución benefició tanto a Miraflores como lo hizo don Salomón Ortiales:

Pues la verdad no. Honor a quien honor merece, nadie ni antes ni después, nos benefició tanto como él.

            El complemento de esta curiosa historia fue el largo camino posterior que tuvieron que sufrir los nuevos propietarios para obtener sus títulos de propiedad. Ya con sus terrenos fincados y una larga ocupación de sus casas, la regularización de sus predios no ocurrió asombrosamente sino seis décadas después, así lo narraba don Luis: 

Resulta que tuvieron que pasar casi 63 años para que la CORETT en el año 2000 nos escrituró los predios de aquella manera entregados, después de su debida regularización.

            Así terminamos esta historia edificante que dio inicio a raíz de una oportunidad, ahí estaban las tierras y la voluntad política, hubo una persona que hizo lo adecuado para inducir una clara mejoría entre los miembros de su comunidad.  


[1] Op. cit. p.118.

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