COLUMNA: Se Dice Que: Delfina pone alto a Olegario Vázquez y Juan Armando Hinojosa
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Durante más de una década, la conservación de vialidades estatales fue uno de los contratos más jugosos del viejo régimen.
Durante más de una década, la conservación de vialidades estatales fue uno de los contratos más jugosos del viejo régimen. En 2011, en la transición Peña–Eruviel, se entregaron más de 1,600 kilómetros de carreteras a la empresa Conservadora Mexiquense de Vialidades, propiedad de Olegario Vázquez Aldir, presidente de Grupo VAZOL, consorcio que controla Imagen TV, el diario Excélsior, PRODEMEX y Grupo Ángeles, en sociedad con Juan Armando Hinojosa, constructor de confianza de Enrique Peña Nieto. Cobros por más de 9 mil millones de pesos, vialidades en ruinas, y sanciones irrelevantes.
La gobernadora Delfina Gómez decidió cancelar el contrato. No es un ajuste administrativo: es un acto de ruptura. Y el golpe no fue sólo contra una empresa, sino contra un ecosistema de privilegios que durante años funcionó sin cuestionamientos. La política también se mide por los contratos que se atreven a romper.
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La reacción no se hizo esperar
Apenas se tocó el negocio, comenzó la campaña. Desde columnas sembradas hasta ataques directos, la embestida contra Ariel Juárez Rodríguez, titular de la Junta Local de Caminos, ha sido sostenida. No lo critican por fallas técnicas, sino por lo que representa: un quiebre con la costumbre.
Los que ahora se indignan guardaron silencio cuando se pagaban fortunas por baches sin resolver. Lo que está en disputa no es el mantenimiento de calles, sino el control de los contratos. Y eso siempre duele más que el asfalto.
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Las preguntas que nadie quiere responder
El Estado de México fue, durante al menos una década, el santuario operativo de la red criminal de huachicol más grande del país. Desde Ixtlahuaca, Jilotepec y Polotitlán, Cirio Sergio Rebollo Mendoza, alias “Don Checo”, y Luis Miguel Ortega, conocido como “El Flako de Oro”, montaron una estructura de robo y venta de hidrocarburo con alcance nacional. Pipas, bodegas, permisos, policías municipales y facturación simulada.
La red nació durante el gobierno de Eruviel Ávila, con José Manzur en la Secretaría General de Gobierno. Nadie vio nada. Nadie preguntó. Ahora que el gobierno federal desmantela el operativo, las preguntas son inevitables:
¿Quién protegía a “Don Checo” y a “El Flako de Oro”? ¿De quién recibían garantías? ¿Ninguna autoridad local sabía nada? ¿Quién lavaba los miles de millones en utilidades? ¿Dónde están los jefes de los jefes?
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¿Se cocina una escisión silenciosa?
Higinio Martínez y su grupo ya no ocultan la distancia. El rompimiento con el delfinismo dejó de ser implícito. Lo inquietante es hacia dónde se mueven. En los últimos días, más de uno ha observado el acercamiento de algunos Mexiquenses de Corazón con Vicente Onofre Vázquez, promotor de la agrupación Nuevo Espacio, que busca convertirse en partido nacional.
¿Se trata sólo de cortesía política, o de un reacomodo en marcha? Si no es verdad que Higinio y los suyos están preparando una nueva ruta fuera de Morena, él debería desmentirlo de frente y sin rodeos. Porque si calla, confirma.