Desinterés, enojo y falta de coordinación hubo en el hospital regional de Ixtapaluca durante el simulacro
***Las alarmas funcionaron mal por deficiencias
**Apatía ciudadana ante simulacro en hospital de Ixtapaluca pone en riesgo vidas
IXTAPALUCA, Méx. – El simulacro nacional de sismo realizado la mañana del martes 29 en el Hospital Regional de Alta Especialidad de Ixtapaluca (HRAEI) evidenció una preocupante falta de interés, apatía e incluso molestia de usuarios y personal médico, lo cual pone en riesgo vidas en caso de una emergencia real.
El ejercicio, realizado como parte de un simulacro de magnitud 8.1, tenía como objetivo fomentar la cultura de la prevención y evaluar la capacidad de respuesta tanto de la población como del personal hospitalario, sin embargo, lo que se observó y se hizo distó mucho de una actuación eficaz.
Durante la activación de la alarma —apenas perceptible—, personal de Protección Civil y bomberos del hospital pidió a los usuarios de las salas de espera a evacuar, pero la mayoría respondió con desinterés, e incluso con enojo, murmurando que “los simulacros no sirven de nada” y “solo hacen perder el tiempo”.
Además de la apatía ciudadana, el simulacro dejó al descubierto la falta de coordinación entre los cuerpos internos de Protección Civil y bomberos, quienes no lograron organizar una evacuación ordenada y ágil.
Esto refuerza la preocupación sobre el nivel de preparación ante una contingencia real.
Uno de los problemas recurrentes señalados por los participantes fue el mal funcionamiento de las alarmas sísmicas, las cuales presentaron deficiencias: en algunos casos apenas se escucharon y en otros, simplemente no funcionaron.
La experiencia vivida en el HRAEI durante el simulacro sugiere que de haberse tratado de un sismo real el saldo habría sido trágico.
La falta de cultura de la prevención, sumada a las deficiencias técnicas y operativas, podría haber resultado en múltiples decesos.
La importancia de este tipo de ejercicios, no solo como protocolo obligatorio, sino como una herramienta, es clave para salvar vidas. Sin embargo, para que cumplan su propósito, es necesario un compromiso colectivo, tanto de autoridades como de la ciudadanía.
