Expediente Edomex: La transformación pendiente: del cambio de partido al cambio cultural

***Morena enfrenta un dilema gramsciano: el viejo régimen no muere, pero el nuevo no termina de nacer.
“El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos”.
— Antonio Gramsci
I. El espejismo de la alternancia
El Estado de México, bastión histórico del priísmo, vive su primera alternancia real bajo Morena. Pero cambiar de partido no es cambiar de cultura política. Si el poder solo rota de élite, sin modificar hábitos y valores, la “transformación” corre el riesgo de ser continuidad maquillada.
La cultura priísta —basada en clientelismo, impunidad y simulación— sigue operando en instituciones, sindicatos, poderes judiciales y universidades. Morena enfrenta un dilema gramsciano: el viejo régimen no muere, pero el nuevo no termina de nacer.
II. Anatomía de la cultura priísta
La cultura priísta no es un pasado muerto: es un sistema operativo vivo.
• Clientelismo institucionalizado: derechos convertidos en favores condicionados.
• Impunidad estructural: la ley como arma selectiva.
• Jerarquía servil: el “dedazo” como destino.
• Simulación como método: cifras y programas para legitimar, no para transformar.
• Memoria domesticada: historia oficial al servicio del presente.
Edomex es ejemplo extremo: durante décadas, el PRI colonizó poderes, presupuestos y símbolos. Gobernó no solo con votos, sino con hegemonía cultural (Gramsci): moldeó el “sentido común” hasta hacerlo incuestionable.
III. Cambiar el poder, cambiar la mente
Para romper este molde, se requiere un nuevo pacto cultural. Aquí los grandes pensadores ofrecen rutas:
• Hannah Arendt: reconstruir el espacio público vivo para que la política vuelva a ser deliberación, no ritual.
• Michel Foucault: producir ciudadanos autónomos, no súbditos obedientes.
• Paulo Freire: educación emancipadora que forme sujetos críticos, no clientelas.
• Nussbaum y Sen: medir desarrollo en capacidades y dignidad, no en número de obras inauguradas.
• Max Weber: instalar una ética de la responsabilidad: gobernar por resultados, no por lealtades.
IV. Diagnóstico estructural del Edomex
• Desigualdad extrema: 45% de la población vive en pobreza; el 10% concentra 60% de la riqueza.
• Instituciones colonizadas: poderes judiciales, universidades y sindicatos aún responden a viejas lógicas.
• Ciudadanía pasiva: baja incidencia pública más allá del voto.
• Simulación normalizada: políticas diseñadas para comunicar logros, no para resolver problemas.
• Vacío identitario: no hay un proyecto cultural que articule diversidad indígena, urbana e industrial.
V. Cinco pilares para una nueva sociedad mexiquense
| Dimensión | Propuesta operativa |
| Educación crítica | Reforma curricular con pensamiento autónomo, pedagogía freireana y alfabetización digital. |
| Ciudadanía activa | Consejos vecinales vinculantes, presupuestos participativos y plataformas digitales para decidir políticas locales. |
| Transparencia radical | Auditorías ciudadanas en tiempo real, datos abiertos y mecanismos de revocación de mandato. |
| Pluralismo cultural | Integrar lenguas originarias, expresiones urbanas, rap indígena y teatro callejero como política pública. |
| Nueva ética pública | Evaluar gobiernos por impacto social, no por obra inaugurada; sanciones reales por corrupción. |
VI. Conclusión
Si el cambio cultural no acompaña al electoral, el Edomex seguirá atrapado en una reproducción infinita de caciques con distinto uniforme.
La alternancia sin emancipación cultural no es transformación: es continuidad maquillada.