Historia y tradición del cultivo del nogal en la región de los volcanes
Arqueólogo Jaime Noyola Rocha
Cronista municipal de Chalco
Primera parte
Aquí está el agua y el monte, aquí el altar de los jades, Amaquemecan-Chalco, en el lugar del renombre, en el lugar que es ejemplo, junto a los cañaverales, en la orilla del bosque, en la cercanía de las nieves, donde se dice Poyauhtlan, en el lugar de las nieblas, en el patio florido, en el patio de niebla, donde vive la codorniz blanca, donde la serpiente se enrosca, junto a la morada de los tigres, en Tamoanchan, en el lugar de nuestro origen, donde las flores se llerguen… Aquí vinieron a establecerse los señores chichimecas, los sacerdotes, los príncipes…
Chimalpahin
De manera por demás hermosa describe el gran cronista indígena Chimalpahin la región que él llama de Amaquemecan-Chalco, la vertiente oriental de los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl. Un espacio del cual hablaremos hoy y que según todos los indicios junto con la vertiente oriental de los volcanes fue el centro donde iniciaron los cultivos de nogales en los huertos de los monasterios de las órdenes mendicantes desde la primera etapa de la evangelización cristiana del Nuevo Mundo.
En los monasterios franciscanos existen las capillas de la Tercera Orden que tienen generalmente una salida al huerto. Los frailes estaban muy apegados a su huerto, es famosa la imagen del momento que al morir el fraile es elevado al cielo y mientras asciende llevado por los ángeles psicopompos voltea a ver su huerto del cual le parece difícil desprenderse. Esta mención la traigo a cuento para puntualizar el lugar que tuvo el huerto en la vida de los frailes.
Las órdenes religiosas que trajo la Corona española a evangelizar la Nueva España tenían una antigua relación con el cultivo de los huertos que venía de la tradición de los jardines hispano-árabe la cual se remontaba a la ocupación del Islam en la península ibérica durante 800 años, Al Andalus. De hecho, los conjuntos conventuales incluían, podemos decir en todos los casos, la tríade: templo, monasterio y huerto.
Las funciones del huerto en los monasterios, conventos, colegios y hospitales novohispanos –ha escrito Tarsicio Pastrana- tenían que ver con el sustento de los frailes, el autoconsumo, esparcimiento, actividades de trabajo necesarias, lugares de retiro temporal y sitio de aclimatación de plantas. El diseño de los jardines para árboles frutales y hortalizas era considerado un arte, no solo abarcaban la correcta siembra y cultivo, también todo lo que implicaba este tipo de trabajo, por lo tanto, se diseñan los espacios para la siembra, el mejoramiento de la tierra, la distribución de andadores, los sistemas de riego[1].
El jardín es para los frailes representación en la tierra de los jardines fundacionales, las zonas donde el hombre puede vivir porque existe todo, lo más cercano al mítico Jardín del Edén. La ocupación sana y permanente del cuerpo para mantener la mente ocupada. Los monasterios siempre aseguraron la provisión de agua en depósitos, fuentes, conducción de agua a través de canales y el desvío de un río o pequeña corriente que entrara en la huerta. Los frailes introdujeron la incorporación de nuevas técnicas de regadío, servicios, nuevas especies, tecnologías.
En el campo del manejo del agua y la arquitectura de acueductos, fuentes y jardines son célebres el fraile carmelita Fray Andrés de San Miguel y el franciscano Antonio Tembleque quienes fueron notables arquitectos novohispanos.
La aclimatación de plantas y su posterior distribución fue muy importante dentro del proceso de introducción de especies europeas a la Nueva España.
Entonces al hablar de distribución es importante imaginar el momento en que el nogal, un producto sembrado por los frailes para autoconsumo, trascendió hacia un mercado español y criollo más amplio, primero como fruto de consumo y sólo mucho más tarde como árbol de cultivo en los huertos y solares de las haciendas y los pueblos.
Me parece significativo que la producción actual de nuez de castilla en México según la SAGARPA se concentra en los estados de Puebla, Tlaxcala, Estado de México, Oaxaca y Querétaro. (SAGARPA, 2009). Rojas dice que en México la producción de nuez de castilla se obtiene de forma tradicional desde hace tres siglos (Rojas,1991). Dice también que los estados mencionados proveen un mercado de consumo tradicional, vinculado a la gastronomía poblano-mexicana con identidad nacional; la elaboración de chiles en nogada.
En un estudio reciente[2] que buscaba determinar los sistemas de producción de la nuez de castilla en la Sierra Nevada encontraron el sistema de milpa intercalada con árboles frutales como el predominante con un (68%), seguido por huertos de entre ¼ y 1 hectárea (26%) y el sistema de traspatio en el solar familiar (6%). Los árboles frutales de la región aparte de la nuez que es el cultivo más importante y que representa el 45.5%, son tejocote, pera, manzana, capulín, durazno, chabacano y ciruela.
[1] Pastrana Salcedo, Tarsicio. Huertas virreinales, la multiplicidad de su función.
[2] Naxeai Luna Méndez, José L. Jaramillo Villanueva, Javier Ramírez Juárez, Sergio Escobedo Garrido, Ángel Bustamante González, Guillermo Campos Ríos Tipologías de unidades productivas de nuez de Castilla en sistema de producción tradicional, Agricultura, sociedad y Desarrollo, Vol. 10 No.3, Texcoco, julio/septiembre 2013.