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Hoy, cuando algunos nostálgicos del tricolor y el azul juran que “todo era mejor antes”, conviene recordar lo que en realidad escondía aquella supuesta grandeza.

Durante décadas se nos hizo creer que el Estado de México era ejemplo de orden, progreso y estabilidad. El Edomex “bien chingón”: autopistas relucientes, discursos de excelencia, gobernadores con sonrisa de catálogo. Pero detrás del mármol dormía el miedo, la desigualdad y el saqueo. Hoy, cuando algunos nostálgicos del tricolor y el azul juran que “todo era mejor antes”, conviene recordar lo que en realidad escondía aquella supuesta grandeza.

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1. Los que se hicieron ricos con el gobierno

a) ¿Cuántos priistas y panistas amasaron fortunas saqueando presupuestos, licitaciones y fideicomisos?
b) ¿Qué clase de justicia permite que un exfuncionario tenga más ranchos que ideas?
c) ¿Cuántos fraccionamientos, universidades y balnearios nacieron del dinero público?
d) ¿Por qué se sigue confundiendo “servir al pueblo” con “servirse del pueblo”?
e) ¿Cuántos de esos nuevos magnates ahora se disfrazan de empresarios decentes?
Moraleja: el viejo régimen no creó servidores públicos, sino accionistas del erario.

2. Los dueños del miedo

a) ¿Quién abrió las puertas del Edomex al crimen organizado?
b) ¿Cuántos comandantes se volvieron jefes de plaza con placa oficial?
c) ¿Qué pactos se firmaron entre la política y el narco para repartirse el territorio?
d) ¿Cuántas vidas se cobraron los silencios institucionales?
e) ¿Quién bautizó con la palabra “seguridad” al negocio del miedo?
Moraleja: la paz de los poderosos fue la guerra de los pobres.

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3. El Edomex endeudado

a) ¿Quién hipotecó generaciones enteras para financiar autopistas que no llevan a ningún lado?
b) ¿Qué banco se volvió el verdadero gobernador?
c) ¿Cuánto dinero público se transformó en concesiones eternas y ganancias privadas?
d) ¿Por qué el progreso siempre se firmó con letras pequeñas?
e) ¿Quién convirtió el presupuesto en una trampa de intereses?
Moraleja: la deuda fue el último negocio del régimen; cobraron hoy lo que el pueblo pagará mañana.

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4. El país del olvido

a) ¿Tan rápido olvidamos los fraudes, las urnas rellenas y los padrones inflados?
b) ¿Cuántos votos costó cada torta, cada despensa, cada promesa de empleo?
c) ¿Quién firmó las actas de impunidad cuando se contaban boletas y no conciencias?
d) ¿Por qué la memoria colectiva se vende más barata que un spot de campaña?
e) ¿En serio hay quien los quiere de regreso?
Moraleja: el olvido es el mejor aliado del corrupto; borra el pasado y reescribe el futuro.

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5. Los invisibles del progreso

a) ¿Cuántos pobres fabricó el sistema que juraba combatir la pobreza?
b) ¿Qué salario alcanzaba para vivir mientras los funcionarios viajaban en primera clase?
c) ¿Qué educación ofrecía un Estado donde los gobernadores educaban a sus hijos en Europa?
d) ¿Por qué el mérito siempre se medía por el compadrazgo?
e) ¿Cómo se puede llamar “prosperidad” a un modelo que solo enriqueció a los mismos de siempre?
Moraleja: el viejo Edomex fue un laboratorio de desigualdad con discurso de modernidad.

“Antes éramos un Edomex bien chingón”, sí: con políticos de mármol, policías de miedo y ciudadanos de rodillas. Hoy, los mismos que lo arruinaron piden volver “porque antes todo funcionaba”. Que no se equivoquen: lo que funcionaba era la maquinaria del saqueo. El Edomex no necesita nostalgia, sino memoria. Porque quien olvida su historia no solo la repite… la vuelve a votar.