Malditas dudas: ¿Qué es lo que quiere Higinio?
***En el fondo, no es solo un asunto de estilo ni de carácter, sino de control territorial, visibilidad pública y futuro electoral. El punto es que nadie sabe con precisión cuál es su proyecto programático para el Estado de México… si es que existe uno
A. Matamala/ Ad noticias
- Los veteranos del PRI y su ilusión de futuro,
- Becker y la hora de la clemencia,
- El agua como fractura social del Edomex,
- La disputa por el botín del sector salud.
1. ¿Qué quiere realmente Higinio Martínez?
El llamado Grupo Texcoco dejó de ser un bloque compacto y ahora funciona como un archipiélago de agravios, distancias y reclamaciones sobre el rumbo del gobierno. Higinio se presenta como guardián del origen, pero sus críticas apuntan a un eje claro: la dupla Delfina–Horacio concentra el poder político y operativo de Morena, y él siente que su lugar histórico está siendo desplazado. En el fondo, no es solo un asunto de estilo ni de carácter, sino de control territorial, visibilidad pública y futuro electoral. El punto es que nadie sabe con precisión cuál es su proyecto programático para el Estado de México… si es que existe uno.
a) Si Higinio exige “sacudidas”, ¿habla de corregir al gobierno o de recuperar centralidad política?
b) ¿Su molestia verdadera es con Horacio Duarte o con la evidencia de que ya no es el eje de la conversación?
c) Cuando reclama transparencia, ¿incluye el periodo de construcción de poder en el oriente?
d) ¿Cuántas candidaturas necesita su corriente para sentirse reconocida?
e) ¿Existe un programa estatal articulado o solo un reparto de posiciones?
f) ¿El conflicto es ideológico, estratégico o patrimonial?
g) ¿Qué “indefendibles” está dispuesto a revisar de su propio grupo?
h) ¿Su crítica fortalece al proyecto estatal o abre flancos a la oposición?
i) ¿Qué tanto este choque expresa la disputa generacional dentro de Morena?
j) ¿Se puede construir un nuevo pacto interno sin aclarar quién manda… y para qué?
2. ¿Qué buscan en realidad los priistas veteranos?
Mientras el PRI se achica en votos y estructura, una generación de veteranos intenta convencer a la militancia —y a sí mismos— de que todavía son vigentes. Arturo Montiel, Alejandro Ozuna, Ricardo Aguilar, Isidro Pastor y otros reaparecen en desayunos, fotos y declaraciones que recuerdan más a un archivo histórico que a una propuesta de renovación. Hablan de futuro, pero representan el pasado que hundió al partido y fracturó su identidad. El problema no es su edad, sino que confunden experiencia con derecho adquirido.
a) ¿Creen realmente que son el presente… o solo no imaginan un PRI sin ellos?
b) ¿Qué ofrecen más allá de nostalgia por la hegemonía perdida?
c) ¿En qué momento fueron parte de la solución y no del problema?
d) ¿Cuál es su propuesta concreta para el Edomex de 2025–2035?
e) ¿Buscan convencer a militantes o a votantes que ya migraron hace años?
f) ¿Por qué rehúyen elecciones internas abiertas y competitivas?
g) ¿Qué nuevo pacto social pueden ofrecer?
h) ¿Reconocen que su “memoria” se asocia a corrupción y deterioro?
i) ¿Cuántos jóvenes caben en un PRI tomado por apellidos históricos?
j) Si regresaran al poder, ¿sería por mérito o por hartazgo social?
3. ¿Qué clemencia busca Gerardo Becker en medio del escándalo?
El Tribunal de Justicia Administrativa atraviesa su peor crisis: detenciones, un presunto fraude millonario y la caída del director de Administración dejaron expuesto a su presidente, Gerardo Becker. Su reunión “breve” con la gobernadora y el secretario general parece más un acto de supervivencia que una discusión institucional. Un presidente sin control de su casa no está en condiciones de negociar nada; a lo sumo, de pedir tiempo.
a) ¿Entró a Palacio como autoridad o como funcionario en caída libre?
b) ¿Ofreció su renuncia o solo argumentos tardíos?
c) ¿Existe una línea de investigación que lo toque directamente?
d) ¿Cómo explica el Tribunal el destino del dinero desaparecido?
e) ¿Qué consejo recibe de Elías Rescala?
f) ¿Qué pasa con los expedientes firmados bajo esta crisis?
g) ¿Por qué caen operadores menores pero no mandos?
h) ¿Qué confianza puede pedir quien no puede con su propia institución?
i) ¿Cuánto más puede prolongarse su permanencia sin dañar al Tribunal?
j) ¿Qué señal manda el gobierno si permite una salida sin rendición de cuentas?
Eco: si la justicia pide indulgencia, la justicia deja de ser justicia.
4. ¿Cuán profunda es la crisis del agua en el Edomex?
El desabasto de agua dejó de ser un incidente para convertirse en un modo de vida. Municipios completos viven entre tandeos, pipas, pozos sobreexplotados y redes viejas. La crisis es territorial, histórica y política: ningún gobierno, de ningún color, ha asumido la reforma hídrica de fondo. Y el malestar social crece al ritmo de los garrafones.
a) ¿Cuántos hogares abren la llave y no sale agua?
b) ¿Cuáles son los municipios más afectados… y por qué?
c) ¿Dónde casi no hay problemas?
d) Si el Cutzamala se recuperó, ¿por qué la percepción de colapso continúa?
e) ¿Cuánto pesa la corrupción y mala gestión en esta crisis?
f) ¿Qué inversiones reales se requieren y con qué calendario?
g) ¿Existe un plan hídrico integral… o solo operativos?
h) ¿Cómo impactará este enojo en 2027?
i) ¿Quién protege el derecho humano al agua en los hogares más pobres?
j) ¿Por qué se discute más la candidatura que la reforma del agua?
Eco: en política, puede faltar todo, menos el agua; sin ella no hay narrativa que sobreviva.
5. ¿Quién se pelea el control del sector salud del Edomex?
La transición al modelo IMSS-Bienestar, la reorganización administrativa y los reacomodos internos han tocado intereses muy sensibles. El sector salud es uno de los aparatos públicos más grandes y más jugosos del estado: contratos, obras, adquisiciones, plazas, intermediarios. Las presiones contra la secretaria Macarena Montoya no solo reflejan diferencias técnicas, sino la resistencia de grupos que se sienten desplazados.
a) ¿De qué tamaño es el negocio detrás de la salud pública?
b) ¿Cuánto vale para esos grupos la compra de medicamentos y servicios?
c) ¿Cuántas resistencias se disfrazan de “preocupación por los pacientes”?
d) ¿Quién impulsa la narrativa del cambio de secretaria?
e) ¿Qué actores privados temen perder espacios?
f) ¿Cuántos expedientes sensibles esperan en cajones?
g) ¿Qué mafias de plazas y comisiones se están tocando?
h) ¿Puede sostenerse una reforma real sin romper pactos viejos?
i) ¿Qué mensaje recibirían otros funcionarios si ella cae por no doblegarse?
j) ¿El cambio en salud será transformación… o reacomodo con nuevos operadores?
Eco: la salud pública se define por una sola decisión: si el paciente es la gente o el negocio.
Moraleja
Al final, todo se resume a esto: unos quieren posiciones, otros quieren volver, otros quieren salvarse y otros quieren cobrar facturas; lo único que no aparece por ningún lado es un proyecto claro para la gente. Por eso, estas preguntas duelen: porque todos hablan de poder y casi nadie habla de propósito.
