Memes del Bienestar: Diputado de Morena propone Ley Antimemes para sancionar con cárcel a quien publique memes ofensivos
IXTAPALUCA, Méx.- Armando Corona Arvizu, legislador de Morena y sobrino del alcalde de este municipio, Felipe Arvizu, presentó una reforma que propone sancionar con hasta seis años de prisión y multas de 300 a 600 días de salario mínimo a quienes elaboren o compartan memes, stickers o imágenes generadas con inteligencia artificial sin contar con la autorización de la persona retratada.
El diputado e hijo del desaparecido edil de este municipio, del mismo nombre, afirma haber estudiado derecho, aunque no existe registro público alguno de su título profesional ni de una cédula que lo acredite como abogado.
La iniciativa, presentada en la Gaceta Parlamentaria del congreso mexiquense el pasado 23 de septiembre señala que si la víctima es menor de edad, tiene alguna discapacidad o se trata de un servidor público, las sanciones podrían agravarse.
Además, las penas aumentarían si el material se difunde masivamente en redes sociales o genera un impacto psicológico en la persona afectada. La propuesta ha sido bautizada en redes como la “Ley Antimemes” o “Ley Antistickers”, y ha desatado una oleada de críticas por considerarse una medida de censura digital.
Corona Arvizu argumenta que su propuesta busca llenar un vacío legal, pues —según él— las leyes actuales, incluida la Ley Olimpia, no abarcan de manera integral los nuevos daños digitales derivados del uso de inteligencia artificial o edición de imagen. Afirma que los memes sin consentimiento vulneran la dignidad y el honor de las personas, y que el Estado debe actuar antes de que el humor digital se convierta en violencia mediática.
No obstante, su historial legislativo no lo respalda demasiado: ha presentado ocho iniciativas previas, todas desechadas. Esta podría ser la más polémica, pues mientras algunos la defienden como una defensa a la privacidad, otros la consideran un intento de blindar políticamente la imagen pública de funcionarios morenistas. Al final, la propuesta parece más preocupada por proteger el ego que por regular el abuso digital.
