A. Matamala Ad Noticias

¿Quiénes son los dueños del Edomex? Mientras el poder se mueve en secreto, las dudas crecen.

La política mexiquense, como el tiempo, no se detiene: cambia rostros, intercambia piezas, conserva inercias. Los viejos poderes económicos sobreviven en las sombras, los gobiernos municipales se desgastan, el transporte se colapsa y hasta la inteligencia extranjera sobrevuela nuestras montañas. Preguntarse quién manda, quién decide y quién se beneficia es un ejercicio urgente. Porque en un Estado donde la riqueza convive con la desigualdad y el poder con la impunidad, las certezas son pocas y las dudas… malditas.

Los amos invisibles del caos

a) ¿Quiénes son, en realidad, los dueños del transporte público en Toluca, esos concesionarios que desde hace décadas mueven millones de pasajeros y millones de pesos sin ofrecer un sistema digno, ordenado ni moderno?

b) ¿Por qué, tras más de 50 años de negocios familiares y empresas consolidadas, seguimos sin pagos automatizados, sin carriles confinados, sin horarios confiables ni estaciones integradas, mientras que en CDMX, Monterrey o Guadalajara la movilidad evoluciona?

c) ¿A quién beneficia este desorden permanente que mantiene a los usuarios atrapados en un sistema precario, donde los retrasos, las “carreritas” y el caos cotidiano parecen diseñados para favorecer a unos pocos y condenar a la mayoría?

d) ¿Cómo es posible que en una capital con el PIB industrial más alto del Estado de México —epicentro logístico del centro del país— se tolere un modelo de transporte que parece pensado para el siglo pasado?

e) ¿Hasta cuándo la autoridad seguirá simulando modernización mientras los concesionarios operan sin auditorías, evitan inversiones y controlan discrecionalmente rutas, tiempos y tarifas?

Moraleja: En Toluca, el transporte no es servicio, es poder. Y el caos tiene dueños.

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¿Vigilancia extranjera o advertencia encubierta?

a) ¿Qué secretos reveló el dron MQ-9B SkyGuardian de EE. UU., desplegado sobre Valle de Bravo y Tejupilco —zonas donde opera la Familia Michoacana— y por qué el gobierno mexicano pidió ese sobrevuelo sin mayor explicación pública?

b) ¿Se compartieron con las autoridades mexicanas los datos recabados en esos vuelos nocturnos, o quedó todo material clasificado como “investigación especial”, sepultando la transparencia?

c) ¿Qué grado de utilidad real tienen esos datos en manos del Estado: son inteligencia estratégica, idea táctica o simple presión política contra cárteles mientras se cuidan apariencias de soberanía?

d) Si ellos detectaron guaridas criminales o laboratorios de fentanilo, ¿por qué no se ha iniciado una operación visible para desmantelarlos? ¿Sirve esta información más como moneda política que como herramienta judicial?

e) ¿Está cerca la caída de los Hermanos Hurtado Olascoaga, o el “techazo extranjero” es solo un mensaje silencioso, sin pasos firmes hacia su captura?

Moraleja: Una vigilancia extranjera sin transparencia ni acción es sombra sin luz. Cuesta creer que los criminales teman imágenes si quienes deberían actuar, siguen en silencio.

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¿Alcaldes de Morena: más de lo mismo o nueva decepción?

a) ¿De los 60 alcaldes morenistas en Edomex, quiénes han sido los más decepcionantes y por qué no existen rankings públicos claros que permitan dimensionar su desempeño a dos años de gestión?

b) ¿Puede compararse esta generación con la de 2018, famosa por su inexperiencia e improvisación, o acaso la falta de resultados demuestra que la izquierda aún no logra consolidar eficacia cuando alcanza el poder?

c) ¿Por qué la izquierda “oposición” es tan distinta de la izquierda “gobierno”: solidaria y radical cuando disputa, pero burocrática, complaciente e incluso contradictoria cuando manda?

d) ¿El mayor desgaste de la 4T en el Estado de México es atribuible al mal desempeño municipal, donde servicios colapsados y corrupción local ahogan la narrativa transformadora?

e) ¿No debería aplicarse una reforma legal severa que permita castigar incompetencia e ineficacia, incluso con revocaciones inmediatas, para proteger a los ciudadanos de malos gobiernos?

Moraleja: El poder no transforma por decreto, se pervierte si no se regula. La incompetencia erosiona cualquier proyecto, incluso el que prometía ser distinto.

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Las poderosas de Toluca: ¿mito o realidad firmemente asentada?

a) ¿Quiénes son las familias realmente dominantes en Toluca —los Mena, los Monroy, los Arriaga, los Henkel— y cuál es el origen histórico y económico de su poder?

b) ¿Qué intereses controlan desde inmobiliarias hasta contratos industriales, y cuántos de sus miembros siguen residiendo en Toluca, manteniendo viva su influencia territorial?

c) ¿Es la “oligarquía toluqueña” una narrativa sobreexplotada o un poder real que sigue definiendo negocios, política y desarrollo urbano?

d) ¿Hasta qué punto se han adaptado estas élites a los nuevos capitales y actores, o están siendo desplazadas por redes emergentes que juegan con reglas distintas?

e) ¿Puede Toluca aspirar a un modelo más plural y competitivo si los linajes históricos aún se reparten influencia en silencio?

Moraleja: Las familias que construyeron Toluca siguen allí. Negarlas es ingenuidad; enfrentarlas exige reconocerlas.

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¿Juego de sillas o cooptación?

a) ¿Tiene lógica política el enroque que sugiere que Juan Carlos González Romero pase de Bienestar a la Oficialía Mayor, y que Trinidad Franco se mueva hacia la Secretaría del Trabajo, reemplazando a su propio compañero de partido, Norberto Morales Poblete?

b) ¿Es esto administrar lealtades o una renovación real de liderazgos?

c) ¿Qué alcalde está perfilado para saltar al gabinete y asumir la Secretaría de Bienestar si la vacante se confirma?

d) ¿Concluyó ya el ciclo del general Carlos Maza en Desarrollo Urbano, o su salida responde a una nueva reconfiguración táctica del gabinete estatal?

e) ¿Hasta cuándo los ajustes del gobierno estatal serán vistos como reciclaje de cuadros y no como apuestas técnicas para mejorar resultados reales?

Moraleja: Los enroques que no mejoran resultados son pactos de élites, no cambios de rumbo.

Preguntar es desnudar el poder. En Toluca, en el Edomex, las respuestas se ocultan tras contratos, gabinetes, linajes, drones y concesiones. Las certezas son escasas, pero las dudas permanecen. Y quizá, justo ahí, en la insistencia de preguntar, habita la única forma posible de entender este Estado complejo y sus silencios pactados.