OPINIÓN: Malditas dudas: Estado de sospecha
A. Matala Ad Noticias
**Aquí no venimos a moralizar, venimos a preguntar con lógica elemental: si todo es legal, ¿por qué huele a excepción permanente?

No falta información: sobran sombras. Un tribunal que “pierde y recupera” millones desde dentro; un mitin que cambia discurso por despensas; una cabaña discreta al pie de los volcanes; un administrador con demasiadas llaves del erario; un juicio que camina con el freno puesto. Aquí no venimos a moralizar, venimos a preguntar con lógica elemental: si todo es legal, ¿por qué huele a excepción permanente?
Tribunal sin candado
El 1 de diciembre de 2023, Omar “N”, jefe de Servicios Financieros del TRIJAEM, logró hacer 29 transferencias por $32,482,330 desde las cuentas del TRIJAEM. No hubo hackeo externo: el quiebre salió desde adentro. Y aun así, la parte oficial prefirió palabras tibias: “incidencia”, “recuperación”. Las preguntas son obvias, pero incómodas.
a) ¿Quién lo colocó en ese cargo y con base en qué filtros de integridad: méritos, 3 de 3… o padrinazgo?
b) ¿Por qué la primera versión habló de “hackeo” y no de un quebranto interno?
c) ¿Para qué sirven tokens, contraseñas, firewalls y auditorías si un solo funcionario pudo mover 32.4 millones sin alarma real-time?
d) ¿Por qué se denunció hasta el 4 de diciembre y se vendió la narrativa de que “el banco devolvió el dinero”? ¿El problema era la lana o el acceso libre a ella?
e) ¿Cuántos casos así ocurren y nunca se denuncian porque se “arreglan” en corto?
Moraleja: cuando 32 millones de pesos desaparecen y regresan “mágicamente”, la justicia no actúa: hace trucos de ilusionismo.
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Las despensas del PRI
Fin de semana en el Recinto Ferial: PRI Edomex reúne a miles y entrega despensas ante cámaras, con cuadro completo de dirigencia y anfitriones. Acto partidista, cajas en mano, fotos felices. La pregunta no es si hubo fiesta, sino por qué en 2025 seguimos normalizando la canasta clientelar.
a) ¿Por qué un partido con prerrogativas públicas reparte despensas en un mitin? ¿Programa social… o marketing electoral con carbohidratos?
b) Si fueron 5 mil, ¿a cuánto salió la cortesía? Con canasta de referencia, hablamos de millones: ¿quién pagó y con qué partida?
c) ¿Hubo padrón, reglas, folios… o el criterio fue “usted pase”?
d) ¿Dónde traza la ley la línea roja entre “apoyo” e inducción? ¿Avisaron a autoridades electorales para despejar dudas?
e) ¿Cuántos eventos así ocurren cada mes sin nota ni denuncia, bautizados como “apoyos” para no llamarlos clientelismo?
Moraleja: cuando la despensa sube al templete, baja la ética del gasto; la pobreza se usa, no se combate.
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La cabaña y el silencio
Al pie de los volcanes, en Ayapango (Edomex), la prensa registró desde 2010 la presencia del rancho San José asociado a la familia de Margarita Zavala y el descanso de Felipe Calderón; incluso se levantó un cuartel contiguo entonces. Hoy, Calderón reside en España y da clases; la casa sigue en el imaginario. Más que morbo, interesa la transparencia.
a) ¿Quién ocupa hoy la propiedad cuando el dueño más célebre reside fuera: familia, personal, seguridad… o puro misterio inmobiliario?
b) ¿Para qué se usa: descanso discreto, reuniones de operadores o simple casa cerrada?
c) ¿Quién la cuida desde la desaparición del EMP: seguridad privada, Sedena local o escenografía de resguardo?
d) ¿Está al corriente en predial y agua? Transparencia elemental: el municipio debería poder decir si hay rezagos.
e) ¿Es cierto que cuando viene a México se esconde ahí? Si no, ¿por qué prospera el mito sin desmentidos documentales?
Moraleja: en política, las casas hablan. Unas por su lujo, otras por su silencio.