Amaqueme

Se dice que: Amlito versión TEMU

20 de noviembre de 2025

**Se supone que deberían rendir cuentas, pero montan misas políticas con porras contratadas, acarreados que bostezan y discursos donde “resultados” significa “selfie pagada con dinero público”.

Redacción AD Noticias

  • Informes que son mitin disfrazado,
  • El higinismo buscando no desaparecer,
  • Resultados o derrota en 2027,
  • La metamorfosis de Alejandra,
  • El Paquete Fiscal ya aprobado de facto.

El mitin disfrazado de informe

Los informes de diputados, senadores y los alcaldes que ya ensayan su turno son la prueba de que la vieja liturgia priista sobrevivió a todos los discursos de modernización: políticos del siglo XXI actuando como caciques del XX. Se supone que deberían rendir cuentas, pero montan misas políticas con porras contratadas, acarreados que bostezan y discursos donde “resultados” significa “selfie pagada con dinero público”. En pleno 2025 bastaría con subir informes técnicos, verificables, con anexos y metas; pero eso implicaría renunciar al culto de la personalidad y a la nostalgia por el templete. Nada más priista que seguir gastando recursos públicos en propaganda envuelta en ritual. El problema no es el evento, sino la incapacidad estructural de la clase política para modernizar sus prácticas, comprender la era digital o entender que la legitimidad ya no se construye a gritos detrás de una lona, sino con información precisa. Ese rezago no es forma: es un síntoma de fondo, el recordatorio de que buena parte del sistema político sigue atrapado en gestos que ya huelen a naftalina institucional.

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El higinismo y su miedo a la invisibilidad

Las últimas declaraciones de Higinio no buscan iluminar ningún debate ni corregir nada; buscan recordarle al ecosistema político que todavía existe. No es doctrina lo que habla, es ansiedad por perder centralidad. Cuando un liderazgo territorial empieza a mandar recados disfrazados de reflexión, el mensaje real nunca está en las palabras, sino en el temblor que las produce: sabe que el proyecto dejó de orbitar a su alrededor y que su rol de patriarca fundacional se volvió accesorio. Por eso, levanta la voz, no para influir decisiones, sino para evitar que lo archiven. Su narrativa de origen y lealtad intenta reabrir una ventana política que se cerró cuando el gobierno se institucionalizó y dejó atrás las liturgias texcocanas. Él no compite por cargos, compite por existencia simbólica. Quiere que el sistema lo necesite aunque ya no lo necesite, que su facción lo vea como brújula aunque la brújula apunte a otro lado. No es crítica: es supervivencia. No es advertencia: es nostalgia. No es fuerza: es miedo a quedar fuera del cuadro.

2027: votarán por resultados, no por cuentos

La elección de 2027 no se decidirá por retórica, sino por desempeño. Los electores del centro y poniente del Estado, especialmente, ya no reaccionan a épicas partidistas: responden a servicios públicos que funcionen, seguridad que no sea retórica y gobiernos que resuelvan lo básico sin convertirse en máquinas de excusas. Los programas sociales ayudan, sí, pero no definen; son contacto emocional, no sustituto de eficacia. Morena no puede recostarse en la hamaca del mito fundacional ni pensar que la narrativa alcanza para renovar un proyecto entero. El movimiento se juega su viabilidad demostrando gestión real: agua, movilidad, orden urbano, policías confiables, municipios solventes, administración pública que deje de justificarse. Los incentivos para 2027 serán brutales en su simpleza: quien resuelve gana, quien explica pierde. La ciudadanía agotó el crédito simbólico y exige rendimiento. Morena se juega más que elecciones: se juega demostrar que el cambio no era un eslogan, sino un contrato.

La postura imposible de Alejandra del Moral

La escena de Alejandra del Moral abrazando a Higinio y coreando “es un honor estar con el doctor” fue un performance involuntario: la excandidata del PRIAN, la misma que pidió a su estructura “salir a hacer lo que saben hacer” —trampa, sin eufemismos—, ahora se cuelga del patriarca texcocano como quien busca oxígeno en un edificio en demolición. No es convicción: es desorientación. No es pragmatismo: es deriva. Alejandra quiere volver a existir políticamente después de agotar su ciclo en el priismo y diluir su capital electoral; quiere que alguien la considere útil en un nuevo mapa donde no tiene capital real. Pero el gesto la deja mal con todos: en el gobierno federal, donde cobra, parece una provocación innecesaria; en lo que queda del PRIAN, una traición sin rédito; y en Morena, un acto que no aporta nada. No se reposiciona: confirma que busca un sitio que nadie le ofrece. En su intento por no desvanecerse, terminó exhibiendo exactamente por qué es tan fácil prescindir de ella.

El Paquete Fiscal que ya llegó planchado

El Paquete Fiscal 2026 entró ayer a la LXII Legislatura sin el menor rastro de incertidumbre: llegó planchado, blindado y con destino asegurado. Morena y sus aliados tienen los votos, la disciplina y la operación política suficientes para aprobarlo sin turbulencias, y la gobernadora recibirá el presupuesto tal como lo diseñó su equipo, con los énfasis que necesita para sostener 2026. La oposición hará su coreografía: reservas para la foto, discursos inflamados para redes y algún gesto de indignación manufacturada, pero eso es teatro reglamentario. La correlación de fuerzas está resuelta desde antes de que el documento tocara comisiones, y Paco Vázquez mantiene una Legislatura en estado de orden coreográfico. Nada se va a descarrilar. En el Edomex de hoy, el dinero fluye donde fluye la mayoría, y la mayoría está perfectamente alineada.