SE DICE QUE : El pararrayos millonario
Ad Noticias.
Ariel Juárez es el pararrayos de un negocio de 2,600 mdp en carreteras. Revisa contratos blindados y por eso hoy recibe fuego mediático.
El director de la Junta de Caminos, Ariel Juárez, no es un suicida político ni un improvisado temerario, es el pararrayos calculado de un negocio que ronda los 2 600 millones de pesos anuales en mantenimiento de avenidas y carreteras, un botín que por décadas fue coto privado de las concesionarias favoritas del viejo régimen; su pecado es haber puesto la lupa en contratos blindados con cláusulas leoninas que obligan a pagar incluso sin obra, revisar licitaciones y frenar la simulación, lo que explica que hoy la andanada en su contra se reavive con la incorporación de Radio Fórmula y la desgastada voz de Azucena Uresti, piezas de un operativo que pretende personalizar en Juárez la disputa estructural por el control de los caminos, cuando en realidad cada movimiento que hace está autorizado desde el despacho de la gobernadora, que lo mantiene en la línea de fuego para que concentre la furia de los intereses tocados mientras ella avanza la reconfiguración del tablero sin exponerse al desgaste.
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Patíbulo tricolor
El PRI mexiquense camina hacia 2027 con una hemorragia de militancia, votos, gobiernos y liderazgos que no encuentra remedio, atrapado en la dirigencia de Alejandro Moreno que lo ha reducido a simple sigla de alquiler; no hay razones objetivas para suponer que remontará, pues el PAN aún se resiste a jugar como socio menor en una eventual alianza, y la presidenta estatal y senadora Cristina Ruiz se exhibe como operadora dócil, entregada por completo a la estrategia de “Alito”, lo que condena al priismo mexiquense a un patíbulo anunciado: sin autonomía, sin capital simbólico y con la legitimidad hecha polvo, el otrora partido hegemónico se convierte en actor residual cuya única certeza es administrar su extinción política en el Estado de México.
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El juez del presupuesto
La incorporación de Hernán Mejía al Órgano de Administración Judicial concentra significado en un punto decisivo: el control presupuestal y administrativo del Poder Judicial. Su trayectoria en la UAEMéx, la UNAM y la Sala Constitucional le da sustento técnico, pero su llegada también obedece a vínculos políticos, en particular su buen entendimiento con el consejero jurídico del gobierno estatal y su simpatía con el críptico grupo “Somos”; la ecuación combina capacidad profesional con afinidad política, en un espacio donde se decide el rumbo de la justicia mexiquense más allá de los tribunales.
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La autoridad moral perdida
El arribo de Víctor Leopoldo Delgado Pérez a la presidencia de la Codhem no debe medirse solo por su trayectoria, reconocida y comprometida, sino por el desafío mayor que trasciende a cualquier persona: devolver al organismo la autoridad moral que lo legitime frente a la sociedad. Las heridas de Atenco y Tlatlaya marcaron a la Comisión con el estigma de la omisión, y hoy la exigencia es construir confianza mediante independencia real, capacidad de incidencia y voz firme frente al poder. La tarea no es de voluntades individuales, sino de transformar a la Codhem en un referente ético que pese en la vida pública del Edomex.
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Teotihuacán en deuda
Las pirámides de Teotihuacán, segunda zona arqueológica más visitada de México después de Chichén Itzá, son el gran escaparate del Edomex rumbo al Mundial 2026, pero hoy están lejos de ofrecer la experiencia que merecen millones de visitantes y los más de 300 mil mexiquenses que viven del turismo; la reapertura plena de la Pirámide del Sol, la reactivación del espectáculo nocturno y los programas de conservación arqueológica son pasos urgentes, tanto como reforzar la seguridad y garantizar la conectividad con el AIFA, porque de ello depende que el valle recupere su fuerza económica y cultural; más allá de exhortos legislativos, lo que está en juego es si el Edomex logra proyectar a Teotihuacán como vitrina mundial o si, otra vez, la joya prehispánica queda atrapada entre abandono, promesas y discursos
