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SE DICE QUE: Horacio y las indirectas de Higinio

19 de noviembre de 2025


Sabe que entrar al intercambio convertiría diferencias políticas en espectáculo y fractura, justo lo que buscan quienes viven del conflicto.

  • El reacomodo que empieza en la Oficialía Mayor,
  • La crisis hídrica que nadie quiere explicar,
  • Los vacíos del gabinete… y los que sí hablan.

El arte del capotazo: Horacio ante las indirectas de Higinio

En el ruedo mexiquense, donde cada gesto se interpreta como provocación, Horacio Duarte decidió no regalar la función que algunos ansían. Mientras Higinio Martínez y su cuadrilla lanzan indirectas, Duarte responde con faena de temple: capotazos limpios, sin estridencias, esquivando las embestidas sin entrar en el guion que quisieran imponerle. Su distancia no es evasión, es cálculo. Sabe que entrar al intercambio convertiría diferencias políticas en espectáculo y fractura, justo lo que buscan quienes viven del conflicto. Duarte elige la lidia seria: ni se arranca al primer grito ni responde al primer roce. Mantiene sitio, mide el terreno y deja claro que el proyecto estatal no está para disputas personales. En un ambiente donde sobran toros buscando pelea, él elige el arte del quite, no el arrebato. Y eso, para varios, es más desesperante que cualquier embestida.

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La aritmética del silencio en la Oficialía Mayor

En el Palacio ya se entiende que el bajo perfil de Mónica Chávez Durán no es discreción, sino método. La nueva Oficial Mayor opera como quien entra a una casa vieja y primero escucha cómo crujen las tablas antes de decidir dónde pisar. Su silencio no es señal de duda, sino de certezas: ya vio la estructura administrativa por dentro, ya identificó lo que urge corregir y ya mide el costo político de mover lo que siempre se dejó quieto. Los que han intentado “acercarse” para pedir favores, presionar decisiones o sondear simpatías han salido igual: sin información y sin concesiones. Chávez Durán no hace ruido porque está leyendo; y cuando un funcionario serio lee, los demás tiemblan. Ese mutismo no oculta nada: señala que alguien por fin está mirando con lupa el lugar donde durante años se administró el desorden con la naturalidad de una costumbre.

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El agua: el vacío que se convertirá en factura electoral

La crisis del agua en el Estado de México avanza más rápido que la narrativa oficial que debería explicarla. La Secretaría del Agua, encabezada por José Arnulfo Silva Adaya, sigue sin ofrecer un diagnóstico claro, público y pedagógico que dimensione el deterioro del Cutzamala, la ruina de las redes municipales, la dependencia creciente de pipas y la desigualdad en el acceso. La CAEM, bajo el mando de Beatriz García Villegas, tampoco logra articular un plan visible, una rendición operativa ni una estrategia que calme la ansiedad ciudadana. El síntoma es brutal: ya se empieza a extrañar al secretario anterior, Pedro Moctezuma Barragán, quien renunció por falta de respaldo, pero que al menos tenía brújula conceptual. El problema no es solo hídrico, es político. Si no se explica lo que ocurre hoy, la gente lo cobrará mañana: en 2027, abrir una llave seca tendrá más peso electoral que cualquier discurso. La oposición ya olfateó ese enojo y lo piensa capitalizar.

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El campo: trabajo hay, relato no

La Secretaría del Campo, bajo la dirección de María Eugenia Rojano Valdés, tiene sustancia técnica, programas con lógica territorial y diagnósticos sólidos. Sin embargo, todo ese trabajo permanece encapsulado en reuniones internas y documentos de gobierno. En un estado donde el campo es desigualdad, migración, temporadas de pérdida y supervivencia diaria, la comunicación no es un lujo: es un deber político. Rojano Valdés produce políticas públicas con rigor, pero la Secretaría no logra convertir ese esfuerzo en confianza social, en narrativa pública ni en resultados comprensibles para quienes viven de la tierra y no de los informes. Una buena política sin comunicación es como sembrar sin esperar cosecha. En términos prácticos, el campo sí se mueve, pero la gente no lo ve, porque nadie se lo cuenta.

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Conversatorio AD: una nueva era para los derechos humanos

Esta semana, Conversatorio AD llega con un invitado clave: Víctor Delgado, el actual presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Edomex, primer titular ajeno al viejo régimen priista. Su presencia marca un parteaguas: tras décadas de captura institucional, la CODHEM entra a un tiempo donde la autonomía ya no es discurso, sino examen.

En un estado con desapariciones, abusos policiales, cárceles saturadas, violencia comunitaria y municipios donde el miedo se volvió rutina, una Comisión fuerte no es ornamento: es condición democrática. La conversación con Delgado abre la puerta para discutir qué puede —y qué debe— hacer el organismo en un territorio donde los derechos no son teoría, sino heridas abiertas.