***Lo que antes era poder sin contrapesos hoy se camufla de oportunidad, con las mismas redes, los mismos rostros y los mismos negocios

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La lista de contactos del mafioso asesinado

Desde hace más de un año, Metepec vive una secuencia sostenida de homicidios con sello del crimen organizado que las autoridades locales han preferido tratar como episodios aislados. Sin embargo, la averiguación por el asesinato de un hombre identificado como integrante de una estructura mafiosa, ejecutado al salir de una famosa taquería en Tecnológico, reveló un dato que se ha guardado celosamente: en su teléfono celular apareció el número privado de un personaje del ayuntamiento. Su identidad se mantiene reservada por razones legales, pero la sola presencia de ese registro en la investigación plantea preguntas incómodas: ¿coincidencia inocua, vínculo político legítimo o señal de infiltración criminal? Mientras los expedientes duermen bajo llave y las autoridades callan, la frontera entre gobernar y ser gobernado parece desdibujarse cada vez más.

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El refugio verde del peñismo

El Partido Verde en el Estado de México se ha convertido en santuario y plataforma de relanzamiento para el peñismo más cuestionado, justo cuando el segundo piso de la 4T se empeña en exhibir, día tras día, la corrupción galopante que marcó aquel régimen. No todos los priístas son abominables, cierto, pero los peñistas cargan un historial que los condena. Y, sin embargo, ahí están: reacomodándose, disfrazándose de verdes y preparando el regreso como si la memoria colectiva fuera un estorbo menor. Lo que antes era poder sin contrapesos hoy se camufla de oportunidad, con las mismas redes, los mismos rostros y los mismos negocios. Un reciclaje tan descarado que roza la provocación.

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El voto verde bajo control

Pepe Couttolenc, líder del PVEM en el Estado de México, repite con insistencia que la alianza con Delfina Gómez y Claudia Sheinbaum está asegurada “hasta el final de sus administraciones” y que, en el Congreso, el voto verde seguirá siendo para la 4T. Pero en paralelo, la estrategia municipal es otra: en varios ayuntamientos el partido probó ir solo, buscando mejores números para negociar espacios rumbo a 2027. El Verde juega en dos tableros: fidelidad pública al proyecto oficial y autonomía táctica en territorio. Detrás del discurso de unidad hay cálculos fríos y un mensaje implícito: el PVEM no será comparsa eterna, sino socio que acumula fuerza mientras administra la narrativa de lealtad.

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El dolor que pide presencia

La tragedia reciente dejó un saldo devastador: la mayoría de los fallecidos y lesionados son albañiles, trabajadoras domésticas, estudiantes y empleados, gente humilde del norte del Estado de México que hoy enfrenta un duelo inmenso. Por eso ha causado desconcierto que el gobierno estatal, encabezado por una gobernadora reconocida por su sensibilidad y calidad humana, no se haya colocado de inmediato en atención directa a las víctimas y sus familias. No se trata de señalar, sino de reconocer que, en momentos así, la presencia del gobierno no es solo protocolo: es consuelo, acompañamiento y empatía institucional. En medio de tanta pérdida, la gente merece gestos claros que honren su dolor y les hagan sentir que no están solos.

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Cuando la justicia se sienta a la mesa

Por primera vez, el Poder Judicial del Estado de México se integra a la Mesa para la Construcción de la Paz, un hecho inédito que vale reconocer, pero también leer con lupa. La presencia de su presidente, Héctor Macedo García, no es un gesto protocolario: es la aceptación tácita de que sin justicia no hay paz posible. Hasta ahora, las decisiones sobre seguridad y violencia se tomaban sin la voz de los jueces, como si fueran actores marginales frente a la maquinaria de gobierno. Esta incorporación abre un cambio epistemológico: obliga a pensar la pacificación no solo como estrategia policial, sino como un entramado donde la justicia se vuelve condición estructural. Sin embargo, también deja una pregunta incómoda: ¿será el Poder Judicial un actor autónomo que incida en la agenda o un invitado mudo que legitime decisiones ya tomadas? Reconocer el paso es justo; vigilar sus efectos, indispensable